Sé que elegí un tema bastante extraño para retomar el blog, para los que no saben de qué va esto, les pongo un poco de contexto. Soy de Tijuana, ciudad que se encuentra en la línea fronteriza que divide México y Estados Unidos y aquí he permanecido desde que nací hace 28 años.
Pero a diferencia de la mayoría de los que viven aquí, no sé mucho inglés y hasta hace dos meses tuve mi visa, este documento bendito que te otorgan los gringos para ingresar a su país. Desde que me dieron la visa, solo he cruzado dos veces, y fue a comprar chucherías.
Les puedo decir que aún recuerdo cuando el tipo de cambio estaba a 1 dólar por 10 pesos, cursaba quinto año de primaria y teníamos una cadena de tiendas que todo sus productos estaban a un dólar o su equivalente en moneda nacional. Era un paraíso para los compradores compulsivos.
También en aquellos tiempos los menores de edad que no teníamos visa, podíamos ir a los paseos escolares al “otro lado” con un permiso especial que sacaba la escuela, fue por eso que fui unas dos veces a Disney y tal vez una al zoológico de San Diego.
Luego pasó el atentado del 11 de septiembre, tenía 11 años, y no solo no pude regresar al zoológico (que era el paseo que tenía programado la escuela para después de esa fecha), si no que el dólar comenzó a incrementar, ya no te alcanzaba para comprar tantas cosas en el Waldos (la tienda que todo te vendía a 10 pesos) y, me cuentan algunas personas, las revisiones en la línea estuvieron más severas.
Esa mañana, como de costumbre, mi mamá encendió la radio para amenizar el arreglo personal, el locutor mencionó algo de un avión que chocó contra una “torre gemela”, para mis 11 años no tenía idea que existía el World Trade Center en New York y que eran dos torres juntas, las únicas torres que conocía eran las del Grand Hotel Tijuana que son un poco similares.
Mi inocencia infantil recreó la imagen de una avioneta estrellándose en una de esas torres, y me fui a la escuela con la idea de que el accidente había sido local. Cuando entré al salón de clases, algunos compañeros comentaron que vieron las noticias por televisión y fueron testigos de las imágenes del atentado. Ahí descubrí que no había sido en Tijuana y la magnitud del accidente era mayor.
Después de clases, mi rutina habitual era encender la televisión para ver las caricaturas mientras hacía la tarea. Pero esa tarde no hubo caricaturas y me termine enterando de todo, durante toda la tarde vi una y otra vez la secuencia del avión que se va a acercando a una de las torres para impactarse en ella.
Y ustedes, ¿recuerdan que estaban haciendo el 11 de septiembre de 2001? Les agradezco sus testimonios en los comentarios. ¡Hasta luego!
P. D. Luego les cuento sobre mi experiencia cruzando por primera vez a EU.